Un sector en crecimiento, la transición energética

En el dinámico panorama económico actual, la transición energética se perfila como uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento en los próximos años. Este proceso implica un cambio hacia sistemas energéticos sostenibles, basados en fuentes renovables, eficiencia energética y descarbonización de la economía. La creciente conciencia ambiental y las políticas gubernamentales favorables están impulsando inversiones significativas en este ámbito.

En 2024, las inversiones globales en transición energética superaron los dos billones de dólares, lo que representa un aumento del 11% respecto al año anterior. Estas inversiones se concentraron principalmente en tecnologías probadas y escalables, como las energías renovables, el transporte electrificado. Las redes eléctricas y el almacenamiento mediante baterías, que en conjunto abarcaron el 93% del total invertido. Este enfoque refleja la confianza de los inversores en soluciones tecnológicas consolidadas que ofrecen retornos más predecibles.

El mercado de vehículos eléctricos destaca como uno de los segmentos más dinámicos dentro de la transición energética. China, en particular, ha experimentado una alta demanda e inversión en este sector. Consolidándose como líder mundial en la producción y adopción de vehículos eléctricos. La expansión de este mercado no solo contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Sino que también impulsa la innovación en tecnologías de almacenamiento energético y redes inteligentes.

Sin embargo, no todas las áreas de la transición energética están creciendo al mismo ritmo. Tecnologías emergentes como el hidrógeno verde y la captura de carbono han visto una reducción del 23% en inversiones durante el mismo período. Este descenso puede atribuirse a diversos factores, incluyendo desafíos tecnológicos, altos costos iniciales. Además, hay un entorno geopolítico incierto que afecta la confianza de los inversores.

A pesar de estos obstáculos, estas tecnologías continúan siendo fundamentales para alcanzar objetivos climáticos a largo plazo. Aún y así podrían experimentar un repunte en la inversión a medida que maduren y se desarrollen marcos regulatorios más favorables.

La inteligencia artificial (IA) y la computación en la nube también están desempeñando un papel crucial en la transformación sostenible de las empresas. Estas tecnologías facilitan la optimización de procesos, mejoran la eficiencia energética y permiten una gestión más efectiva de los recursos. La adopción de soluciones basadas en IA y nube está en aumento. Especialmente en sectores como la banca y los seguros, donde la digitalización es clave para mantener la competitividad.

No obstante, es esencial abordar los desafíos ambientales asociados con estas tecnologías. Como el consumo energético de los centros de datos, para garantizar que su implementación contribuya verdaderamente a la sostenibilidad.

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